Recomendaciones para prevenir y actuar ante una crisis epiléptica
Ministerio de Salud Pública Noticias de Salta Salud 10/09/2018 10:10El programa de Epilepsia aconseja a los pacientes a no descuidar la medicación y llevar un estilo de vida que evite crisis convulsivas. Las personas cercanas deben actuar con calma y preservar a la persona en crisis.
Foto ilustrativa.
Con motivo de la Semana de la Epilepsia, el jefe del programa de Epilepsia del Ministerio de Salud Pública, Juan Pablo Zorrilla, dio a conocer algunas recomendaciones para el paciente epiléptico y personas cercanas, a fin de evitar crisis y saber cómo actuar en el caso de que ocurran.
El sistema de salud pública provincial tiene registrados alrededor de 6000 pacientes con epilepsia, calculándose que en la parte privada se atienden aproximadamente una cantidad similar, lo que indicaría una prevalencia de la enfermedad del 1% sobre la población provincial.
Las recomendaciones para la persona epiléptica consisten en tomar la medicación en forma habitual y regular, evitar el consumo de alcohol y drogas, llevar una alimentación sana, dormir bien, hacer ejercicio físico en forma regular, reducir el estrés y no conducir vehículos si las crisis son habituales.
Ante una crisis epiléptica, se recomienda a quien esté junto al paciente mantener la calma, quitar objetos cercanos con los que pueda lesionarse, colocar algo blando debajo de la cabeza para evitar que se golpee, aflojar la ropa alrededor del cuello, colocarlo de costado para que respire bien, acompañarlo hasta que supere la crisis, que no dura más de dos o tres minutos para dar paso a la recuperación gradual.
Lo que no se debe hacer es intentar inmovilizar por la fuerza a la persona en crisis, ni introducir objeto alguno en la boca. No es necesario efectuar respiración boca a boca, salvo que pasada la crisis convulsiva la persona no respire. No se debe dar agua, pastillas, etc, durante la crisis, ni inmediatamente después.
Se debe procurar atención médica urgente si la crisis dura más de cinco minutos, si se repite en corto espacio de tiempo, si la recuperación no es completa, si hubo traumatismo importante durante la crisis, si se trata de una mujer embarazada, si no se conoce que la persona es epiléptica y tiene convulsiones. Esto último es muy importante, para descartar meningitis, trombosis cerebral, intoxicación, etc.
Los desencadenantes más comunes de una crisis epiléptica pueden ser: olvidarse de tomar la medicación, falta de sueño, alteraciones hormonales, consumo de drogas y alcohol, estrés, disminución de azúcar en sangre, destellos luminosos.
Esta patología no es sinónimo de discapacidad y las personas que siguen tratamiento y control en forma adecuada pueden desarrollar todo tipo de actividad.
Fuente: Secretaría de Comunicación
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